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" Todo lo puedo, en Cristo que me fortalece"

sábado, 11 de agosto de 2012

Para: Todos los grados.

Santo Domingo de Guzmán

Fundador de la Orden de Predicadores (Dominicos), Religioso de la Orden de Predicadores (Dominicos), Sacerdote (siglo XIII)
Patrón: astrónomos, científicos, República Dominicana, personas acusadas falsamente.
Nombre: Domingo
Significado: Perteneciente al Señor, del Latín
Fiesta: 8 de Agosto
Nacimiento: 1170. Calaruega, Burgos, España
Muerte: 4 de Agosto de 1221. Bolonia, Italia
Proceso: Fue canonizado el 13 de Julio de 1234 por Gregorio IX;
Memoria de santo Domingo, presbítero, que siendo canónigo de Osma se hizo humilde ministro de la predicación en los países agitados por la herejía albigense y vivió en voluntaria pobreza, hablando siempre con Dios o acerca de Dios. Deseoso de una nueva forma de propagar la fe, fundó la Orden de Predicadores, para renovar en la Iglesia la manera apostólica de vida, mandando a sus hermanos que se entregaran al servicio del prójimo con la oración, el estudio y el ministerio de la Palabra. Su muerte tuvo lugar en Bolonia, el día seis de agosto.
Castilla, siglo XII. Un hidalgo coronaba unas rocas, construía un castillo, daba fueros, recibía colonos y vasallos, y los defendía contra el moro. Épico vivir que curtía almas y empenachaba blasones.
Los corazones ardían de entusiasmo, nacían linajes, se alzaban templos y fortalezas. Se troquelaban santos que con ritmo militante cambiaban el mundo.
Así nació Castilla, entraña viva de España, y así nace Caleruega, al sur de Burgos, a medio camino entre Silos y Aranda. Más allá del laberinto de las montañas, en la meseta llana y rojiza que anuncia la depresión del Duero, se elevaba su castillo. Un castillo más de la múltiple cadena de fortines que, protegidos por el curso del río, marcaron durante siglos la frontera de una patria y de una fe.
Dominando tierras de pan llevar, se yergue la altura rocosa de la Peña. Encaramada sobre ella, y cobijando el blanco y dormido caserío, se levanta la torre que el segundón de una gran familia castellana construyó en los años victoriosos de la conquista de Toledo y Cuenca.

Linaje esclarecido

En esa torre maciza y austera, símbolo impresionante de aquellos días heroicos, vino al mundo, en 1170, uno de los más esforzados paladines del cristianismo. Domingo era el nieto, o quizá el hijo, de los castellanos que edificaron el castillo.
Félix de Guzmán fue su padre. En sus brazos atléticos lo cogía y le enseñaba a contemplar la llanura fértil y ondulada, surcada en el centro por la línea verde del Duero y rota en la lejanía por los ariscos bastiones de Somosierra.
El padre se sentaba con él en las almenas del castillo. El niño admiraba, extasiado, las viejas tierras de Castilla, rubias en el estío, parduzcas en otoño, verde esmeralda en primavera. Viejos campos donde florece siempre nobleza, hidalguía y religiosidad sincera, cristianismo que ama al hombre no por lo que tiene, sino por lo que es.
La grandeza, austeridad y equilibrio del paisaje que Domingo contempla le inspiran ya horror a las medias tintas, a hacer concesiones al conformismo ideológico o moral de la mayoría, o a la cobarde sugerencia –tan frecuente hoy– de que para ser actual hay que comportarse como los demás.

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